Mantener un PC optimizado para que pueda con los juegos más exigentes no es tarea fácil y se necesitan unos conocimientos informáticos de los que la mayoría de la gente no dispone. Así pues, ¿cómo se pueden ejecutar los últimos juegos con un buen rendimiento sin actualizar el hardware de nuestro equipo, y sin conocimientos avanzados?
Según Gameboost, esto es posible gracias a su sistema automático de optimización para el máximo rendimiento en juegos e Internet. El programa es tan sencillo como elegir nuestro sistema operativo, nuestra conexión, y darle a aceptar. Él mismo se encargará de detectar la configuración óptima de nuestro archivo de intercambio, ratios de refresco del monitor y configuración de la conexión a Internet, por nombrar algunos, a partir del análisis de los componentes instalados en nuestro equipo.
Una vez Gameboost haya terminado es necesario reiniciar el ordenador para ver los resultados, que afirman pueden duplicar los fotogramas por segundo en juegos de última generación como Doom 3 o aumentar la estabilidad en general de nuestro sistema operativo, aunque si no nos convence con tan sólo pulsar un botón cancelaremos los cambios.
Como suele ocurrir en casos de programas similares, la eficacia de Gameboost dependerá de la configuración de hardware y software del sistema en el que se instala, observándose más mejoría cuanto menos se hubiera optimizado con anterioridad.
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